jueves, 28 de diciembre de 2017

Recapitular y renacer

Un nuevo año, cumpleaños o aniversario es siempre una nueva oportunidad para trazar metas, objetivos y redireccionar el rumbo de nuestra vida. Incluso cada noche morimos y volvemos a nacer a la luz del día, brindándonos el universo infinitas oportunidades para enrumbar hacia lo mejor de nosotros, para recorrer el DO.

Somos hijos del pasado, pero es en el presente donde construimos nuestro futuro y tenemos la potestad de diseñar nuestro destino y caminar nuestro sendero.

Cada pensamiento es simiente de acción, cada emoción genera una reacción.  Somos un dínamo en constante movimiento generando acciones y reacciones, bandong ryoks que a nivel espiritual se convierten en nuestro karma.  Sembramos lo que cosechamos y ahí reside nuestra gran responsabilidad y nuestra gran oportunidad.  Cuando tomamos la batuta de nuestro destino podemos llevar también con nosotros a quienes nos rodean. A través de la enseñanza y de los pensamientos positivos nos convertimos en faroles de luz, iluminando nuestro entorno y sintonizándonos con lo bueno y lo noble. Lo mejor de nosotros conecta con lo mejor del otro, orquestando la música divina que resuena en las estrellas.  Estamos todos concatenados, no somos seres aislados, nuestras energías se entrelazan con la de nuestros hermanos.  Debemos aprender a ver más allá de nuestros limitados cuerpos, de nuestros pensamientos limitantes.  Cerrar los ojos y sentir cómo nuestra respiración es una con la respiración del universo.  Cuando realizamos nuestra pequeñez y nos sentimos parte de algo mucho más grande, dejamos a un lado nuestros egoísmos y nos hacemos parte de un plan bastante más grande que el nuestro, sintiéndonos uno con el todo.  Allí nuestros problemas se empequeñecen ante los problemas de los demás, ante las necesidades de la humanidad.  Ser uno con el todo nos abre un mundo de posibilidades, un mundo de servicio y entrega que trasciende nuestra propia vida y que a su vez le otorga sentido.

Los invito a meditar, a orar, a sentirnos parte del todo, a trazarnos metas que trasciendan nuestros propios intereses y a pensar en el otro como parte nuestra.

Construyamos un mundo donde las diferencias se diluyan en la unidad interna. Busquemos la sincronía, amemos sin límites, empezando por los más cercanos.

Que la Luz del Cristo ilumine sus caminos en este nuevo año.

Con amor,

Sabum Viviana

martes, 6 de junio de 2017

Autocontrol (Guk-Gi)

El autocontrol es el cuarto principio del Taekwon-Do. Se entiende como la capacidad de dominarse así mismo, lo cual nos lleva nuevamente a la pregunta de quién soy yo o quién me domina.  Como todos los principios, el autocontrol se ancla en el yo interno, en el “yo soy yo”.  Mi cuerpo no me domina, mis emociones y pensamientos tampoco, yo soy el dueño de mí mismo y yo construyo mi destino (filosofía de Juche, donde uno es el dueño de su propio camino), y en la medida en que me conozco y me conduzco a mí mismo, soy capaz de ponerme en el lugar del otro y no hacer nada que pudiera dañar o lastimar a mi semejante.



En la práctica del Taekwon-Do comenzamos de afuera hacia adentro. Dominando la forma aprendemos a dominar el contenido.  Las posturas, protocolos y lineamientos de conducta dentro del Dojang, como no hablar u obedecer las órdenes de inmediato, son el primer paso para el autocontrol.  Antes de que uno pueda dominarse así mismo, el Maestro se convierte en un dador de la disciplina, siendo un espejo que refleja lo que el estudiante anhela alcanzar. El dominio del cuerpo, del silencio (Mau-Sang) y de la respiración (Hohup Jojul), son el primer paso para dominar las emociones. La concentración (Jip Joong) y la meditación (Muk Nyun) son necesarias para comenzar a dominar los pensamientos. Los buenos amigos, los lugares adecuados y el estudio, nos ayudan a sintonizarnos con energías positivas y por ende, a manejar mejor nuestros pensamientos, palabras y acciones.

“La energía sigue al pensamiento”, por lo tanto, el pensamiento es la simiente de nuestras acciones y reacciones.  Un pensamiento positivo nos trae paz, tranquiliza las aguas de la conciencia, nos da claridad para discernir  y tomar decisiones correctas.



El autocontrol también es indispensable en el aprendizaje de las técnicas. Debemos controlarlas para entrenar sin dañar a nuestro compañero, para ser justos a la hora de enfrentarnos a una lucha real, para no dañarnos a nosotros mismos durante la ejecución, para que nuestra técnica sea eficiente y estética, mostrando lo mejor del arte que practicamos. El autocontrol sobre el temperamento es también fundamental, sobre todo en un enfrentamiento. Solo la mente calma puede garantizar lucidez en la lucha cuerpo a cuerpo.

Como todos los principios, el Guk Gi debe ser interiorizado y puesto en práctica dentro y fuera del Dojang. El autocontrol es necesario para tener rectas relaciones humanas, para pensar en el otro antes de hablar o actuar, para trabajar en equipo respetando lugares, espacios y roles, y para saber esperar.

El autocontrol implica también analizar hacia dónde quiero caminar, cómo quiero ser. El Taekwon-Doísta trabaja para no ser un barco a la deriva, sino un ser capaz de tomar resoluciones. Muchas veces no podemos controlar el mundo o las situaciones que nos rodean, pero lo que sí podemos controlar es cómo reaccionamos ante éstas.  Como rezaba Sri Daya Mata, “no cambies las circunstancias de mi vida, cámbiame a mí”. Esa transformación es posible cuando caminamos el Do a conciencia, haciéndonos responsables de los pasos que damos, dejando de culpar a otros, asumiendo nuestros errores y enmendándolos. Que al final de nuestros días podamos decir que fuimos más fuertes que nuestros vicios, más fuertes que las adversidades, y que fuimos hoy mejor que ayer.

No hay mayor adversario que uno mismo, ni mayor victoria que vencernos a nosotros mismos.

Taekwon!

Sabum Viviana Villamonte
V-Dan ITF
Perú

lunes, 2 de enero de 2017

Año nuevo, resoluciones nuevas

Este nuevo año empecemos con el pie derecho. Aprovechemos para recapitular lo vivido el año anterior, analicemos los éxitos y también los fracasos, cada experiencia es una enseñanza. Luego, tracémonos metas o resoluciones para este nuevo año, desde las más físicas, como perder peso y ganar flexibilidad, hasta las más elevadas, como meditar cada día y amar sin medida.

Algunas metas podemos compartirlas con los más cercanos, para que nos ayuden a cumplirlas, otras es mejor mantenerlas a solas con nuestra conciencia y considerarlas cada día en silencio.

Escribir nuestras resoluciones es un buen modo de empezar a materializarlas, propongámonos metas a corto, mediano y largo plazo para hacerlas más tangibles y medir los resultados. Prioricemos las cosas más importantes. Solo planificando y organizándonos lograremos nuestros objetivos.

Una meta de todo Taekwon-Doísta es entrenar y cambiar de cinturón, no la demos por sentada, vayamos tras de ella para fijar la dirección y no perder el rumbo.  Todos tenemos la fortaleza interna para conquistar nuestros sueños, allí yace el espíritu indómito que nos empuja cada día hacia adelante.

Que este nuevo año venga cargado de energía y determinación, no desde afuera, sino de adentro hacia afuera.  Nosotros construimos nuestro propio mañana.

Juntos en el DO,

Sabum Viviana Villamonte

V-Dan ITF