martes, 6 de junio de 2017

Autocontrol (Guk-Gi)

El autocontrol es el cuarto principio del Taekwon-Do. Se entiende como la capacidad de dominarse así mismo, lo cual nos lleva nuevamente a la pregunta de quién soy yo o quién me domina.  Como todos los principios, el autocontrol se ancla en el yo interno, en el “yo soy yo”.  Mi cuerpo no me domina, mis emociones y pensamientos tampoco, yo soy el dueño de mí mismo y yo construyo mi destino (filosofía de Juche, donde uno es el dueño de su propio camino), y en la medida en que me conozco y me conduzco a mí mismo, soy capaz de ponerme en el lugar del otro y no hacer nada que pudiera dañar o lastimar a mi semejante.



En la práctica del Taekwon-Do comenzamos de afuera hacia adentro. Dominando la forma aprendemos a dominar el contenido.  Las posturas, protocolos y lineamientos de conducta dentro del Dojang, como no hablar u obedecer las órdenes de inmediato, son el primer paso para el autocontrol.  Antes de que uno pueda dominarse así mismo, el Maestro se convierte en un dador de la disciplina, siendo un espejo que refleja lo que el estudiante anhela alcanzar. El dominio del cuerpo, del silencio (Mau-Sang) y de la respiración (Hohup Jojul), son el primer paso para dominar las emociones. La concentración (Jip Joong) y la meditación (Muk Nyun) son necesarias para comenzar a dominar los pensamientos. Los buenos amigos, los lugares adecuados y el estudio, nos ayudan a sintonizarnos con energías positivas y por ende, a manejar mejor nuestros pensamientos, palabras y acciones.

“La energía sigue al pensamiento”, por lo tanto, el pensamiento es la simiente de nuestras acciones y reacciones.  Un pensamiento positivo nos trae paz, tranquiliza las aguas de la conciencia, nos da claridad para discernir  y tomar decisiones correctas.



El autocontrol también es indispensable en el aprendizaje de las técnicas. Debemos controlarlas para entrenar sin dañar a nuestro compañero, para ser justos a la hora de enfrentarnos a una lucha real, para no dañarnos a nosotros mismos durante la ejecución, para que nuestra técnica sea eficiente y estética, mostrando lo mejor del arte que practicamos. El autocontrol sobre el temperamento es también fundamental, sobre todo en un enfrentamiento. Solo la mente calma puede garantizar lucidez en la lucha cuerpo a cuerpo.

Como todos los principios, el Guk Gi debe ser interiorizado y puesto en práctica dentro y fuera del Dojang. El autocontrol es necesario para tener rectas relaciones humanas, para pensar en el otro antes de hablar o actuar, para trabajar en equipo respetando lugares, espacios y roles, y para saber esperar.

El autocontrol implica también analizar hacia dónde quiero caminar, cómo quiero ser. El Taekwon-Doísta trabaja para no ser un barco a la deriva, sino un ser capaz de tomar resoluciones. Muchas veces no podemos controlar el mundo o las situaciones que nos rodean, pero lo que sí podemos controlar es cómo reaccionamos ante éstas.  Como rezaba Sri Daya Mata, “no cambies las circunstancias de mi vida, cámbiame a mí”. Esa transformación es posible cuando caminamos el Do a conciencia, haciéndonos responsables de los pasos que damos, dejando de culpar a otros, asumiendo nuestros errores y enmendándolos. Que al final de nuestros días podamos decir que fuimos más fuertes que nuestros vicios, más fuertes que las adversidades, y que fuimos hoy mejor que ayer.

No hay mayor adversario que uno mismo, ni mayor victoria que vencernos a nosotros mismos.

Taekwon!

Sabum Viviana Villamonte
V-Dan ITF
Perú