martes, 5 de junio de 2018

En el Dojang somos iguales

Uno de mis primeros recuerdos de niñez es una pequeña ventana en la puerta del nido por donde miraba entusiasmada las clases de Karate, que no podía hacer.  Era niña, así que me tocaba ballet.


Unos años después, mi hermano comenzó a practicar Taekwon-Do.  Mi primo había introducido el Taekwon-Do Tradicional en el Perú, y mis primos y mi hermano mayor lo practicaban.  Cuando mi hermano llegaba a casa me enseñaba las técnicas que había aprendido, nos agarrábamos en peleas que terminaron alguna vez con una ventana rota, llantos y sobre todo mucha diversión y deseo de aprender.  En mi casa la respuesta era siempre la misma.  Tú no puedes ir a clases, eso es para niños.  Entonces me llevaban a ver el ballet de mis primas durante incontables horas, para ver si me animaba, cosa que nunca pasó.

Al fin, un 10 de enero de 1989, ahorré mi propina, crucé la pista que separaba la casa de mi tía del Dojang de la calle Piura, en Miraflores, y empecé a entrenar con mis primos. Luego informé en mi casa que había comenzado mis clases de Taekwon-Do. Creo que hasta ahora, veintinueve años después, mis padres no lo terminan de aceptar. Lo cierto es que desde ese día me enamoré del Taekwon-Do, que cambió mi vida para siempre, me definió como ser humano y me permitió descubrir mi pasión.

Algo maravilloso al interior del Dojang es que todos somos iguales, portamos el mismo Dobok (uniforme), aprendemos las mismas técnicas y es tarea de cada uno exigirse al máximo y dar lo mejor de sí. Si bien muchas cosas me resultaban difíciles, nunca me sentí menos por ser mujer y aprendí a encarar con la correcta actitud cada prueba y dificultad.  El Taekwon-Do te forja el carácter, forja el espíritu que llevas dentro, a quien no le importa si naciste en cuerpo femenino o masculino, el Taekwon-Do solo te nutre y te moldea en un mejor ser humano.

Vivimos en una sociedad donde aún se estigmatiza a quien no sigue lo normado.  Familiares y amigos me etiquetaron como poco femenina por hacer artes marciales. Esto poco importa cuando haces lo que amas.  Siempre he entrenado con hombres, he competido contra ellos, en los 90s formamos un equipo de Formas mixto que resultó imparable en los campeonatos abiertos de Sudamérica. En el Dojang no hay diferencias.

Desde que comencé a enseñar, a inicios de los 90s, son más las mujeres que se han interesado por aprender y entrenar, pero aún así, el porcentaje de mujeres que entrena en Perú es mínimo con respecto a otros países.  Vivimos en un país donde queremos que la mujer aprenda a defenderse, a encarar a otro, a no ser víctima, pero aún me encuentro con padres y esposos que prefieren que su hija o esposa no entrene porque se puede lastimar, porque es feo ver a una mujer con moretones o simplemente porque con el tiempo el Taekwon-Do las empodera y esto los hace sentir inseguros.

Al final, lo que importa es que dejemos a nuestros hijos hacer aquello que los apasiona. No importa si son niños o niñas, dejémoslos bailar, pintar, pelear, cantar o descubrir aquel talento o pasión que llevan consigo.  Que nadie les diga que no pueden, menos en casa.

Si me hubieran apoyado seguro hubiese sido más fácil, pero a veces lo que más cuesta se aprecia más. En Perú, más mujeres deberían entrenar, más padres deberían acercar a sus hijas a una academia de artes marciales, más esposos deberían respetar que sus esposas sepan defenderse, más mujeres deberían ser capaces de enfrentarse con la cara en alto a situaciones difíciles. Tenemos las herramientas, el Taekwon-Do es una de ellas.

Taekwon!

Sabum Viviana Villamonte
V-Dan ITF

miércoles, 21 de marzo de 2018

Cómo llevar el Taekwon-Do, de manera práctica, a todos los ámbitos de tu vida


La filosofía y la metodología del Taekwon-Do tienen la particularidad de ser sumamente prácticas.  La formación que se recibe durante las horas de clase puede y debe ser llevada a otros ámbitos de la vida diaria, llámese colegio, trabajo u otros, dependiendo de la etapa de la vida en que nos encontremos.

Les presentamos a continuación algunas maneras de hacer que el Taekwon-Do funcione en todo momento:

Haz las cosas de inmediato.- El Taekwon-Do tiene un origen militar y como tal aprendemos a responder a una orden en cuanto la escuchamos, dejando todo de lado para acatar lo que hay que hacer. En la vida eso significa "no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy". Tener la auto-disciplina para cumplir las tareas escolares, las tareas del hogar o las responsabilidades laborales en el momento en que debemos hacerlas.  Esto nos hace personas responsables, cumplidas y diligentes.

Cierra los círculos.- En el Taekwon-Do todo ejercicio tiene un inicio y un fin, un ´jumbi´ y un ´baro´. Esto nos enseña a no dejar nada a medias.  Lo que inicio, lo termino. Si se debe completar alguna tarea, entonces verifico que las condiciones sean adecuadas para comenzar y no dejarla hasta haber terminado lo que me había propuesto. Esto nos hace personas coherentes, sólidas, perseverantes y orientadas a objetivos, con una mente enfocada y determinada.

Da el 100 %.- El Taekwon-Do se debe entrenar con intensidad o "Kang-Do".  Dar el 100 % quiere decir estar mentalmente enfocados y exigirnos al máximo (sin lesionarnos) en cada cosa que hagamos. Es vivir conscientemente y entregarnos al ahora.  Esto nos permitirá crecer y desarrollarnos en aquello que queramos. "Hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy".

Exprésate con cuadratura.- El Ki-Baek o la cuadratura en el Taekwon-Do implica expresarnos siempre con marcialidad y cumplir ciertos protocolos de conducta, exudando en todo momento la energía que caracteriza al artista marcial.  En la vida diaria esto se expresa en un apretón de manos al saludar, en la mirada en los ojos de quien me habla, la postura al sentarnos, caminar o movernos.  Recordemos que el lenguaje corporal dice mucho de una persona, incluso más que las palabras.

Sé cortés.- "Lo cortés no quita lo valiente". Cede el asiento, haz tu cola, cede el paso, no empujes, aprende a escuchar.  La cortesía es el primer principio del Taekwon-Do. Cuánto cambiaría nuestra sociedad con solo pensar en el otro antes que en uno mismo.

Siempre alerta.- El estado de conciencia y de alerta al que nos sometemos en clase debe acompañarnos siempre. Ese es el mejor modo de interiorizar la defensa personal y forjar una actitud preventiva que nos salvará de algunos malos momentos. La mente alerta es capaz de ver más opciones, más respuestas y más salidas en diferentes situaciones de la vida, desde una pregunta de examen hasta un plan o ruta de escape.

Ante la duda, la ética.- El Taekwon-Do basa su enseñanza en principios morales y éticos. A veces nos encontramos con situaciones en la vida donde no estamos seguros de cómo actuar o qué decisión tomar.  Cuanto mayores seamos, más críticas las decisiones que tomemos, pues pueden determinar muchos cambios a futuro.  Solemos buscar consejo y nos encontramos con distintos puntos de vista.  ¿Qué camino tomar? Los principios son siempre la respuesta.  La decisión correcta siempre será la que esté amparada en ellos, aunque en el momento parezca la más difícil, la más sacrificada o la menos usual. Con el tiempo nos daremos cuenta de que fue la decisión correcta.

Pongamos en práctica estos consejos, entre otros, y permitamos que el Taekwon-Do sea parte de nuestras vidas más allá de las dos o tres horas de clase semanales. Que sea una forma de vida.

Taekwon!

Sabum Viviana Villamonte
V-Dan ITF Perú