sábado, 21 de marzo de 2020

Aprendamos a mirar hacia dentro


Durante esta cuarentena aprendamos a mirar hacia dentro, dentro de nuestras familias y de nosotros mismos. La libertad no es salir fuera de casa, la libertad es la libertad del alma, de nuestros pensamientos, de la energía interna que nuestro cuerpo alberga. Nuestro yo, que es inmaterial, se adapta a todas las circunstancias, no conoce de paredes físicas ni limitaciones. Todo nuestro entrenamiento como Taekwon-Doístas apunta a conocer ese yo interior y desarrollar nuestro potencial interno. Ahora es cuando. 

Vivimos en un mundo que no para, el día a día nos come entre una y otra actividad. Ahora, todo se detuvo. No deseemos regresar al alboroto externo de la vida moderna. Hoy la vida nos invita a hacer un alto y reencontrarnos con nosotros mismos. No niego el home office, las tareas y demás deberes diarios, pero hagamos también una pausa. 

Pausa primero para mirar a nuestra familia. Vivimos juntos, ¿pero cuánto tiempo pasamos realmente juntos? Ahora tenemos la oportunidad de cocinar, jugar, meditar, entrenar, todo juntos. Compartir con nuestros hijos aquellas actividades que a veces nos reclaman porque no hay tiempo y enseñarles el valor de las cosas. 

Pausa para valorar la vida. Esta pandemia nos enfrenta a la muerte, nos hace pensar en ella. ¿Acaso no la tenemos siempre en frente? De lo único que podemos estar seguros al nacer es de que tarde o temprano vamos a morir; sin embargo, es lo último en que queremos pensar. ¿Estamos preparados para perder a un ser querido? ¿Estamos nosotros listos para enfrentar el más allá? ¿Con qué actitud y en qué momento de nuestra vida nos agarraría llegado el momento? ¿Cuándo fue la última vez que abrazamos, miramos realmente a los ojos y escuchamos a los nuestros? 

Ahora que tenemos un distanciamiento social o físico, es momento de valorar la unión interna, el valor real que tiene el otro para nosotros. Hagamos pausa entonces para desarrollar el amor, la compasión y la empatía desde el fondo de nuestro ser para con el otro. Para aquellos que sufren, que están partiendo, para quienes se quedan y no encuentran consuelo, para quienes están en la lucha diaria, para quienes arriesgan su vida por el otro. Hagámosles llegar nuestra energía, nuestro Ki, nuestras bendiciones que no saben de paredes ni de fronteras. Ayudemos a quienes estén a nuestro alcance. Llevemos tranquilidad y pensamientos positivos, antes que miedo que apaga el amor y enceguese. 

Hagamos una pausa para reflexionar, leer, meditar y estar con nosotros mismos. Solemos tener tiempo para todo, menos para escuchar nuestros propios pensamientos y anhelos. Hagamos un autodescubrimiento, oremos y miremos hacia dentro. 

La naturaleza se está tomando también una pausa. Está descansando de todo nuestro ímpetu, ambición y egoísmo. El planeta, nuestro hogar, se está limpiando, está respirando. Ojalá cuando esto termine (porque todo pasa tarde o temprano) salgamos con otros ojos. Miremos al mundo con los ojos del alma. Vivamos como si fuera el último día. Miremos como si cada cosa fuera nueva. Escuchemos al otro. Hagamos silencio cuando los pajarillos canten y elevemos el rostro para recibir las gotas de lluvia, agradeciendo por estar vivos, con tiempo para nosotros, para nuestra familia y para el planeta. Un planeta que está vivo, que siente y reclama. Un planeta que nos da la vida. Que sintamos su energía en cada pisada, que exhalemos vida en cada respiración, que nos miremos los unos a los otros desde el corazón.

Taekwon!

Sabumnim Viviana Villamonte
V-Dan Perú