La perseverancia es el tercer principio del Taekwon-Do. Sin duda el General Choi Hong Hi, padre del
Taekwon-Do, lo escogió porque la perseverancia es indispensable para lograr el
éxito.
Si observamos historias de éxito, todas ellas tendrán en
común la perseverancia. No importa
cuántas veces hayan fracasado ni cuántas les hayan dicho que su sueño era
imposible. Quienes lograron el éxito
perseveraron a pesar de todas las dificultades, lo intentaron una y otra vez
sin desmayo.
Muchas veces, quienes desean comenzar la práctica del
Taekwon-Do, se preguntan: ¿cuánto tiempo dura el curso? La respuesta es: toda
la vida. El Taekwon-Do, como arte
marcial, es una forma de vida que impregna con sus valores, disciplina y metodología
cada cosa que hacemos. En el Taekwon-Do,
así como en la vida, nunca dejamos de aprender y de perfeccionarnos como seres
humanos.
El General Choi Hong Hi nos dejó 3600 técnicas, probablemente
para que no nos cansemos de aprenderlas y perfeccionarlas, permitiendo que
practiquemos, tal como él lo hizo, hasta el último de nuestros días. Esto nos da disciplina, forja el carácter y
alimenta nuestro espíritu. Además, la metodología del Taekwon-Do es
repetitiva. La repetición incansable de
la técnica básica y del Tul nos permite la maestría del arte. La repetición hace que cada técnica quede
grabada en nuestro subconsciente, que nos apropiemos de ella y que salga a
flote de manera natural cuando la necesitemos. La perseverancia nos permite ser
constantes en el camino y alcanzar nuestras metas.
La metodología del Taekwon-Do nos muestra también que para
alcanzar nuestros sueños debemos trazarnos metas a corto, mediano y largo
plazo. Por eso los cinturones van
marcando pequeños pasos en la montaña, haciendo el ascenso constante y los
resultados palpables.
En el camino a menudo se presentan resistencias o
dificultades, tanto externas como internas. Las externas pueden ser la presión social o familiar por que dejemos
aquello que nos apasiona, el qué dirán, el ajetreo del día a día, las necesidades
económicas, u otras; mientras que las internas provienen de uno mismo, como el
aburrimiento, la frustración y la falta de ánimo. La persona perseverante que tiene un objetivo
claro, logra sobreponerse ante esas situaciones una y otra vez, caminando con
persistencia hacia su meta. No es tan importante la velocidad con que se avance,
sino el no detenerse.
Para ser perseverante es importante visualizar nuestro
objetivo. La perseverancia debe ir
acompañada de un trabajo de visualización y claro entendimiento de dónde
estamos y qué queremos lograr, hacia dónde nos dirigimos. Una vez trazada la meta, la disciplina y la
perseverancia son aliados inseparables en el logro del éxito.
La perseverancia no solo está referida a acciones, sino
también a actitudes. Las acciones correctas vienen como consecuencia de la
actitud correcta, por eso el Taekwon-Do se
centra en forjar la actitud y el carácter de los practicantes, haciéndolos
fuertes ante las dificultades. Los errores se convierten en aprendizaje y nuevos
retos, son aliados del crecimiento. El camino sin fin del desarrollo humano es
un camino de esfuerzo, dedicación, sana experiencia y la satisfacción de ir
ascendiendo y compartiendo con otros una mejor visión del mundo.
Que la perseverancia nazca de un corazón sincero y un objetivo loable.
Que la perseverancia nazca de un corazón sincero y un objetivo loable.
Sabum Viviana Villamonte
V-Dan ITF
No hay comentarios:
Publicar un comentario